Con más de tres mil kilómetros de litoral, Tailandia puede presumir de contar un excelso ramillete de playas, algunas de las cuales figuran entre las mejores del mundo.
Este es un recorrido por todo el país, desde la costa Este hasta el recóndito Sur, ya en el límite con Malasia, en busca de los arenales más paradisíacos para disfrutar de una estancia realmente inolvidable.
KRABI (SUR DE TAILANDIA):
Bienvenidos al paraíso. Estamos en el Mar de Andamán, en una de las de 76 provincias que conforman el reino de Tailandia, en un punto del Índico donde la naturaleza derrocha belleza y fotogenia. Aquí están realmente algunas de las imágenes de película de Tailandia y donde puede uno preguntar por Leonardo DiCaprio. Las islas Phi Phi son el escenario donde el actor rodó The Beach, concretamente en la Bahía Maya.
Se trata de dos islas gemelas del Parque Nacional Marino de Krabi. Phi Phi Don es la más grande y cuenta con medio centenar de hoteles. Phi Phi Le, sin embargo, que es por la que todos preguntamos, se enmarca simplemente en una gran atracción, grande, sí, gracias a sus playas idílicas, aguas turquesas y escarpados acantilados. Claro que esta visión prácticamente virgen no la exime de cierta aglomeración turística durante el día. No estamos solos, ni mucho menos, pero más vale disfrutar de esta estampa única que obviarla por prejuicios sobre el turismo.
Precisamente por esto, algunas agencias ofrecen la excursión nocturna a la isla, que es una opción bastante especial. No obstante, merece la pena dejarse impresionar por la espectacular fotografía a todo color del mar turquesa de la isla, navegar en barca entre las espectaculares montañas calizas y disfrutar del esnórquel junto a bellos corales. Phi Phi Le es la excursión de un día.
Por lo demás, es difícil destacar playa, hotel, restaurante o tramo de montaña en Krabi, porque la zona lo tiene prácticamente todo. Podemos intentarlo trazando una selección en torno al cabo de Ao Nang, donde se encuentran las playas más espectaculares, accesibles en algunos casos solo en barco. Así, Ao Phra Nang es una preciosa bahía anclada junto a grandes acantilados de singulares formaciones geológicas donde mucha gente aprovecha para hacer escalada, aunque la más famosa para la práctica de este deporte es la playa de Hat Rai Le, también llamada Railay, que combina la imagen de deportistas mochileros subiendo por las rocas con la postal romántica de parejas en busca de la más absoluta intimidad, aunque hay espacio y alojamiento para cada uno de ellos.
Por último, Ao Nam Mao es un lugar que mantiene su imagen salvaje gracias a la discreción con la que se ha edificado algún complejo de cabañas entre las palmeras. Es un lugar idílico para disfrutar de las puestas de sol y la naturaleza sin salir de la playa.
Bodas románticas. Al sur de Krabi, ya en la provincia de Trang, se encuentra un archipiélago de más de 46 islas entre las que se cuenta Si Kao, otra joya de vegetación frondosa, múltiples cascadas, playas paradisíacas y vida salvaje. Ante ese escenario espectacular el hotel Anantara Si Kao se encarga de organizar fantásticas bodas. sikao.anantara.com
KOH SAMUI (GOLFO DE SIAM):
Koh Samui, Koh Phangan y Koh Tao están situadas al sureste de Tailandia, en pleno Golfo de Siam. Las dos primeras pertenecen a la provincia de Surat Thani y las tres forman parte de las islas más conocidas del país. Koh Samui tiene fama de tener las playas más visitadas de Asia.
El motivo es evidente ante la estampa idílica que proporcionan sus altas palmeras enmarcando un mar de color turquesa. Hat Chaweng es una de las playas más espectaculares, que se encuentra en una pequeña isla al Este de Samui. Sus seis kilómetros de extensión se disfrutan con gran ambiente de windsurf y motos acuáticas. Los surferos disponen de su paraíso de olas en la parte sur, en la playa de Hat Lamai. La playa de Laem Set, ya en el sur, merece la pena por sus enormes rocas lisas y sus singulares cocoteros.
Pero como sucede en la mayoría de las islas y en todo el litoral de Tailandia, aquí también resultan abrumadoras las posibilidades que se ofrecen. Basta con recorrer los 50 kilómetros de la carretera que circunvala la isla para descubrir vistas espectaculares y escenarios recónditos. Pasaremos por aldeas de pescadores, senderos hacia la montaña, cascadas, un jardín de mariposas, un espectáculo de serpientes o un centro de adiestramiento de monos.
A 35 kilómetros de Koh Samui se encuentra el Parque Marino Nacional Mu Ko Ang Thong, un archipiélago de 42 islas. Podremos acceder a un mirador que proporciona suficientes imágenes como para descargar las baterías de cámaras de vídeo y fotos. Estamos ante un paraíso tropical, de grandes rocas surgiendo del mar cubiertas de bosques vírgenes. La laguna oculta de Ko Mae Ko entra en el recorrido. Por todo esto es fácil que el tiempo pase en un chasquido de dedos, ya que la isla está preparada para ofrecer un sinfín de actividades y una gran oferta de lugares para alojarse y comer.
KOH TAO (GOLFO DE SIAM):
Llegamos a esta isla en un barco que parte desde Koh Samui o Koh Panghan. Dicen que el nombre de Koh Tao se debe a la forma de la isla; Tao significa “tortuga”. Pequeña, encantadora y tapizada de palmeras, está rodeada de los fondos marinos más singulares del golfo, como Chumpon Pinnacle, lo que la convierte en un paraíso para los submarinistas. No hay hotel sin centro de buceo; aquí los packs de alojamiento llevan incluidos todos los títulos posibles para el submarinismo, con la ventaja de que los precios son excepcionalmente asequibles. Dicen que es la más relajante de las islas tailandesas y la más visitada en los días posteriores a la luna llena, pues al acabar la fiesta en Koh Panghan mucha gente viene a descansar a este paraje. Lo cierto es que la masificación de otros lugares aún no ha llegado y Koh Tao se ha convertido últimamente en el destino más codiciado por los más ecologistas.
Sairee Beach es la más turística de las playas de la isla. A primera hora de la mañana y al mediodía parten y regresan docenas de barcas cargadas de buceadores, lo que proporciona durante unos minutos un curioso espectáculo. Hay que tener en cuenta que este es el punto más turístico de Koh Tao, la zona de marcha y donde se concentran los restaurantes, bares, supermercados y centros de buceo. La mejor playa es Freedom Beach, que se encuentra situada al sur. No resulta excesivamente grande, pero está enmarcada bucólicamente por vegetación y rocas. Además, es el sitio perfecto para disfrutar de la puesta de sol al final de un día de playa.
Una sorpresa muy agradable en la mesa. Además de comer pescado y un tradicional menú tai, también conviene pasarse por Bizarro para degustar una selección de tapas españolas. Se encuentra junto al Seven Eleven de la carretera de Chalok Ban Kao.
PHUKET (SUR DE TAILANDIA):
En nuestro recorrido hacia el sur, a 825 kilómetros de Bangkok, llegamos a la isla más grande de Tailandia, Phuket, muy famosa, sí, pero por méritos propios. La naturaleza la ha dotado con toda la belleza tropical posible y un carácter de sonrisa fácil y hospitalidad que la ha hecho centro de magníficas instalaciones turísticas, lo que le otorga motivos poderosos para convertirla en uno de los lugares de vacaciones más famosos del mundo.
Todo esto se puede adornar con cocoteros, aguas esmeraldas, resorts de lujo, marisco, tiendas baratas, spas, deportes para todos los gustos… y muchas cosas más. Su litoral está jalonado de playas, medias lunas de arena blanca, cabos rocosos y remansos de pinos. En algunas de esas playas, como en la de Hat Mai Khao, podemos asistir además al espectáculo mágico de tortugas de mar gigantes desovando en la arena.
Hat Patong se pronuncia con un cierto reproche debido a su masificación y popularidad; hablamos de tres kilómetros de arena bordeados de zonas de recreo y compras; toda una ciudad, aunque nadie le cuestiona su liderazgo como la reina más marchosa de la noche. Todo lo contrario suponen Hat Karon y Kata, que son muy tranquilas y maravillosas para practicar el buceo y dejarse arrullar por el sol.
Lujo asiático. Pronunciarlo en cualquier playa de Tailandia equivale a obtener resultados, pero en la laguna Bang Tao Bay, otra joya de la naturaleza, la frase adquiere una dimensión especial ante el hotel Dusit Thani Laguna Phuket, un ejemplo del desarrollo turístico integrado en medio de hectáreas de jardines tropicales y junto al azul del Mar de Andamán. Todo un placer.
KOH CHANG (AL ESTE DE BANGKOK):
Sublime. Estamos a 300 kilómetros de Bangkok, al lado de Camboya, y la selva ha desplegado su exuberancia en esta esquina del golfo. Medio centenar de islas salpican de arena blanca, palmeras y selva el deslumbrante mar coralino de Siam.
Es el Parque Nacional Marino de Koh Chang. Próximo a la ciudad de Trat, el transbordador se ocupa de transportar en 20 minutos a la isla principal. Si uno tiene la suerte de verla surgir entre la niebla, la sensación de Jurásico es sobrecogedora. Por el contrario, la luz de un día brillante convierte la estampa en un anuncio del paraíso. Una única carretera perfila Koh Chang formando la figura que da nombre a la isla, que significa “elefante”, pero el paquidermo no es autóctono de aquí, aunque sí suponga, como en muchos otros sitios de Tailandia, una de sus atracciones.
Koh Chang es una de las zonas más vírgenes del país, pura selva y un mundo de cascadas y cataratas que ni siquiera un buen guía es capaz de enumerar de memoria; Klong Plu y Tham Mayom son las más famosas. Será difícil elegir un rincón de playa, dada la belleza y singularidad de cada una de ellas. Had Sai Khao es perfecta para quien busca cabañas Crusoe a cinco euros, resorts con verbena, bares de playa, clubs, discotecas y fiestas playeras; todo esto hace de esta zona la más popular. Por el contrario, Klong Prao Beach es perfecta para quienes buscan la inspiración. Partiendo desde su punto más septentrional, marcado por las rocas y el hotel Amari Cove Emerald, el recorrido de arena es bellísimo, pues la playa realiza una variedad de registros insólitos ante el paisaje.
El establecimiento (www.amari.com/emeraldcove) comulga con la más pura esencia tai en la hospitalidad y en el brindis a la naturaleza que otorga su arquitectura. Merece la pena visitar aldeas de pescadores como Bang Bao. Para comer, al igual que pasa en toda Tailandia, hay que apostar por chiringuitos y restaurantes locales.
Recomendable. Moverse en tuk-tuk por la isla. La única carretera resulta muy estrecha, tortuosa y sin iluminar en los tramos complicados, por lo que las motos solo son recomendables para quienes se encuentren algo habituados al lugar.
KOH samet (AL ESTE DE BANGKOK):
Una aproximación al paraíso, a 197 kilómetros de Bangkok y a tan solo siete del litoral, en una isla proclamada Parque Nacional y cuyo acceso puede suponer el pago de una cantidad módica. En sus trece kilómetros cuadrados se puede disfrutar de playas estupendas, realmente bonitas, aunque Sai Kaew es la más popular, la más próxima al embarcadero y donde se disfruta de un gran ambiente, ya que está rodeada de hoteles, restaurantes y las típicas propuestas tailandesas para turistas: tatuajes, motos, actividades acuáticas y, por supuesto, masajes. Esta playa de arena fina y blanca, bañada por aguas turquesas, representa el centro de las fiestas nocturnas en la isla, aliñadas con música y danza de antorchas de fuego que tanto se han popularizado en las islas tailandesas. No se imagine una locura, ya que se trata de una animación para después de la cena. Koh Samet es perfecta para ese libro que leer, comer, practicar pesca, buceo o esnórquel en el arrecife de coral del sur de la isla y poco más. ¿Y para qué más? Se trata de eso, perfecta para el relax y el amor. Una veintena de hoteles resuelven el alojamiento con posibilidad de estancia de lujo e incluso celebraciones de boda.
Su ubicación la protege del monzón y le proporciona un clima más seco y benigno, lo que convierte a esta isla en una apuesta segura de buen tiempo durante cualquier época del año.
pattaya (AL ESTE DE BANGKOK):
Entramos en capítulo aparte. Pattaya es más que una playa. Merece sin duda un tratado sociológico sobre la evolución del turismo, placeres e instinto, pero le otorgamos el lugar que se merece como una de las playas más grandes, cosmopolitas y próximas a Bangkok. Pattaya aglutina en su nombre la costa de Bang Lamu, la de Jomtien y la suya propia; es decir, tres zonas de playa XL donde el ambiente varía notablemente de una a otra. Bang Lamu y, especialmente, Jomtien son idóneas para todos los públicos, especialmente para familias con múltiples posibilidades de actividades para los niños. Sin embargo, Pattaya puede escribir su nombre con X y no encaja con la búsqueda de tranquilidad, ya que aquí la noche es un punto de fuga entre la diversión y la locura. La playa de Pattaya está en pleno centro de ciudad; es decir, la vida transcurre en paralelo a su paseo marítimo de vida loca. Un resumen en imágenes trata sobre los bares multibarras y las chicas que quieren tomar Shinga –la cerveza nacional–, discotecas, salas de boxeo tai, tuk-tuk abarrotados de chicos escandalosos, puestos de material porno, láseres, pistolas de balines y falsificaciones, australianos y anglosajones huidos del geriátrico que pasean cuidados por buena compañía, motos de alquiler y comida en motos con cocina. Pero este es el álbum suave de la noche en Pattaya, porque su paseo marítimo se adentra en Walking Street como la tentación lo hizo en la cueva de Ali Babá y los cuarenta ladrones. Tailandia es un país muy seguro, pero en esta zona el lobo aúlla y muestra las fauces sin recato, la música rompe escalas y decibelios mientras las gogós bailan al abrigo de un cinturón en el bajo de sus caderas, los combates tai admiten apuestas y los turistas pasean por ese bulevar de neones como corderos.
Antes de la guerra de Vietnam, Pattaya era un pueblo pesquero, pero los marines americanos se encargaron de trazar el mapa de su futuro transgresor y tolerante. Ahora la ciudad se reinventa con playas como la de Jomtien y actividades que han sabido captar otro tipo de turismo. El golf ha influido notablemente en ello, basta con ver la cantidad de campos paradisíacos que se distribuyen por la zona (www.golf-tours-thailand.com), del mismo modo que influye en esta renovación ser una capital de congresos. Buenos restaurantes, grandes centros comerciales donde no falta ni siquiera un Zara, la proximidad con Bangkok y hoteles especializados en el arte de la hospitalidad convierten a esta ciudad de más de medio millón de habitantes en el lugar idóneo para encuentros de trabajo. Encaramado en el cabo y con vistas privilegiadas, el hotel Dusit Thani (www.dusit.com) es glamour y remanso en el centro del huracán e impulsor de esta nueva imagen de Pattaya. Una docena de salones acogen a cientos de congresistas llegados de todo el mundo dispuestos a trabajar, al menos durante el día.
Imprescindible. La gran imagen de Pattaya se obtiene durante el amanecer, cuando docenas de paracaídas de colores revolotean sobre la bahía, abierta al cielo y al mar. Puede que no haya otro lugar en el mundo con semejante fotografía del parascending. Algunos dicen que es todo un reto; otros lo atribuyen simplemente a que es lo mejor para pasar una buena resaca.
koh sichang (AL ESTE DE BANGKOK):
Es la isla más próxima a Bangkok, a solo cien kilómetros, y cuenta con las mismas ventajas que los alrededores: pocos turistas a la vista, clima más seco en época de monzón y playas prêt-à-porter. La más recomendable es la de Haad Tham Phang, bastante solicitada los fines de semana y bien equipada con restaurantes asequibles y especializados en marisco y pescado. El resto de la isla tiene playas más modestas, pero estamos a muy poca distancia de más de media docena de pequeñas islas por descubrir con mucha facilidad, donde sus playas aceptan nudismo y las aguas son recomendables para el esnórquel. Bastan 45 minutos para recorrer los ocho kilómetros cuadrados de Sichang en moto. Ko Sichang fue durante los siglos XVIII y XIX lugar de descanso de los reyes de Tailandia. Rama V construyó el palacio Phra Chuthathut, del que aún quedan vestigios. Curiosamente, en 1900 se desarmó y se trasladó a Bangkok transformado en el Museo Vimanmek (www.vimanmek.com).
Un consejo. Obviamente, en tan poco espacio no hay muchas opciones de alojamiento, por lo que es recomendable resolver esta cuestión con tiempo. www.ko-sichang.com/stay.html
bang saen (AL ESTE DE BANGKOK):
A 85 kilómetros al Este y a una hora de la capital tailandesa, ya en la provincia de Chon Buri se desvanecen los manglares para dar paso a la primera playa, por historia y proximidad. Esos son los principales méritos de Bang Saen, junto con el hecho de que los turistas suelen pasar de largo dejando la playa a merced de los ciudadanos locales, y éstos, por supuesto, la disfrutan a su estilo, con populares chiringuitos donde se mezclan de modo abigarrado las hamacas y sombrillas con las mesas que sirven tanto para comer las delicias gastronómicas tailandesa como para realizar un masaje. También se contemplan numerosas motos acuáticas, pero principalmente columnas de neumáticos de goma para alquilar a los bañistas. El escaso ritmo turístico conlleva que muy poca gente hable inglés, lo que no impide que muchos restaurantes tengan sus menús con la pertinente traducción. Bang Saen se extiende a lo largo de casi cinco kilómetros en paralelo a un amplio paseo marítimo repleto de palmeras. En su extremo occidental se encuentra la colina Kao Sam Mulk, que está literalmente tomada por los monos rhesus, muy comunes en Tailandia. Al espectáculo de los primates pidiendo comida se suman las vistas, realmente buenas, y la visita a Wihan Thep Sathit Phra Kiti Chaloem, un templo chino con una edificación colorista y abigarrada.
Una cita fundamental. Speed Festival Bangsaen es un evento de carreras que transforma las calles de la localidad durante cinco días en una exhibición de coches y velocidad. La cita se lleva a cabo desde hace cinco años y las fechas van variando según permitan las temporadas de lluvias, pero gracias a esta fiesta Bang Saen ya es conocida como el Mónaco de Tailandia. Más información: www.bangsaengrandprix.net
hua hin (AL oESTE DE BANGKOK):
Es una de las ciudades más famosas para el veraneo de los bankokianos y tailandeses gracias a la promoción resultante de ser el lugar de vacaciones de la familia real tai. Estamos, por tanto, en un lugar bien y se percibe en todo: hay estilo y también dinero… y a tan solo 200 kilómetros de Bangkok. Más de cincuenta mil personas viven en la ciudad, trabajando la mayoría en el sector servicios que genera el turismo. Los hoteles se cuentan por docenas, casi todos anclados en su playa de más de cinco kilómetros de longitud. Una playa que no está considerada como de las más espectaculares de Tailandia, aunque, teniendo en cuenta que la competición es de muy alto nivel, se subestima su belleza; basta con recorrerla paseando para descubrirlo. El reproche importante que se le puede hacer a Hua Hin es que no haya sabido hacerse con un paseo marítimo. A cambio, la playa deja un paseo de arena en el que, además de disfrutar plenamente de las aguas marinas, se puede admirar la arquitectura variada de hoteles, apartamentos, casas y mansiones, que sitúan el lugar en el top de la gente chic tailandesa.
phang-nga bay (sur de tailandia)
Estamos ante una solemne y espectacular bahía, declarada Parque Nacional Marino, donde las formaciones geológicas han hecho maravillas adornando el paisaje con más de cien islas espectaculares, rocas, cuevas y fondos marinos tapizados de corales.
La bahía se desarrolla además en una red de deltas que, a vista de pájaro, descubre un tapiz verde de manglares y palmeras extendiéndose hasta el mar. La postal se hizo famosa gracias al rodaje en la isla de Ko Tapu de la película El hombre de la pistola de oro, protagonizada por Roger Moore en 1972.
Es la isla de Bond. Pero merece la pena descubrir también Khao Khian, que preserva pinturas prehistóricas en la roca de sus acantilados; o Ko Panyi, donde vive un pueblo de pescadores único pues la aldea se construyó sobre el agua hace más de 150 años. Adaptados a los nuevos tiempos, sus moradores viven de la venta de recuerdos a los turistas. Lo recomendable es alquilar una barca de junco tradicional para descubrir los manglares y las islas. Por otra parte, estamos ante uno de los mejores lugares de buceo de Tailandia, ya que los fondos marinos son ricos en peces tropicales y formaciones coralinas.
Una experiencia inolvidable. En el mes de marzo tiene lugar en Hat Thai Mueang la llamada fiesta de liberación de tortugas, en la que los participantes ayudan a las crías de tortuga a llegar al mar.
TARUTAO (SUR DE TAILANDIA)
tarutao (sur de tailandia)
Estamos a punto de salirnos de Tailandia, prácticamente en Malasia, pero es la última provincia de Tailandia, Satun. Allí hay un lugar que se llama Park Bara, a 60 kilómetros de Satun, de donde parten los barcos que conducen al Parque Nacional Marino de Tarutao, un archipiélago formado por 51 islas divididas en dos grupos: Tarutao y Adang Rawi.
Para muchos, el archipiélago de Tarutao es la perfección, a lo que contribuye la belleza de su selva virgen, sus playas paradisíacas y desiertas y los azules del océano. Si a esto se suma lo lejos que queda el turismo, el desarrollo de resorts y la abundante vida salvaje que habita en el área, hallamos un espectáculo de la naturaleza.
Koh Tarutao es la isla más grande. Tiene 26 kilómetros formados por manglares y selva tropical donde habitan ciervos, monos, jabalíes y nutrias, además de cientos de aves. Por sus contornos se derrama la vegetación hasta las playas, que están rodeadas de un mar turquesa digno de los mejores sueños.
Una curiosidad. En la década de los 40 del siglo pasado hubo una cárcel de presos políticos. No hay hoteles, pero el gobierno mantiene unos bungalós que se pueden alquilar.
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